Las Dunas de Arena Cantantes se encuentran en Dunhuang, en el oeste de China. Mientras caminas por las arenas movedizas o te deslizas por una duna de arena, a veces puedes escuchar ruidos fuertes producidos por los granos de arena, de ahí el nombre: las Dunas de Arena Cantantes.
Enclavado entre las altas dunas de arena, hay un pequeño milagro. Este manantial, cuya forma se asemeja a una luna creciente, ha existido por miles de años y nunca se ha secado.
La formación y la existencia continua del Manantial de la Luna Creciente están relacionadas con su topografía. A su lado oeste, donde el terreno es relativamente más alto, hay abundantes recursos de agua subterránea.
El agua que fluye converge aquí a lo largo del terreno y sobresale a través de una capa geológica porosa para formar el Manantial de la Luna Creciente.
Aunque aquí el clima es extremadamente seco, con la evaporación anual siendo más de 60 veces la precipitación anual, la fuente de agua estable asegura un sostenible suministro de agua al manantial.
También se debe a su terreno bajo. Cada vez que hay una tormenta de arena, se forma un flujo de aire en espiral ascendente entre las dunas de arena circundantes, que envía la arena al pie de la duna de vuelta a la cima, salvando al Manantial de la Luna Creciente de ser tragado por arenas movedizas.
La antigua Ruta de la Seda una vez pasó por el Manantial de la Luna Creciente, y hoy, aquí se ha convertido en un paraíso romántico para los visitantes.
Magnífca China: Manantial de la Luna Creciente en el desierto
