Nota del editor: el siguiente artículo está tomado de la columna de opinión en idioma chino "The Real Point".
El 20 de marzo, el New York Times publicó un artículo de opinión que enumera una serie de hechos sobre el brote de COVID-19 en el que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sido inconsistente. El artículo, titulado "No deje que Trump se salga con la suya", señaló que el presidente y su Partido Republicano "están tratando de distraerle de su catastrófico fracaso".
La columnista Jamelle Bouie señaló en el artículo que después de minimizar la gravedad de la amenaza que representa el virus para los Estados Unidos durante casi dos meses, Trump afirmó "sentí que era una pandemia mucho antes de que se llamara pandemia".
Cuando se trata de China, Trump fue el primero en elogiar al gobierno de China por su manejo de la epidemia, diciendo "Estados Unidos aprecia mucho sus esfuerzos y transparencia", pero luego pasó a culpar a China al referirse a la enfermedad como el "virus chino".
Como dijo la autora, "Trump no actuó cuando era más importante, y ahora sus aliados están inundando la zona con retórica destinada a desviar la atención del mal desempeño del presidente y hacia una discusión sobre el lenguaje".
La forma en la que la administración Trump ha estado manejando la pandemia ha provocado una ira creciente entre el público.
El hecho de que algunos senadores, políticos y celebridades disfrutaran de privilegios tales como pruebas preferenciales de COVID-19 y vendieran acciones basadas en información obtenida antes de que el mercado se desplomara, proporciona evidencia de que la idea de "todos los hombres son creados iguales", tal como lo escribió Thomas Jefferson en la Declaración de Independencia, ha sido destrozada por la realidad de la sociedad estadounidense.
Estados Unidos se ha convertido en uno de los países más afectados del mundo. Investigadores de la Universidad de Columbia han emitido una advertencia en la uqe dejan claro que si Estados Unidos no introduce medidas de control, el número de casos nuevos por día podría llegar a 500.000.
Dos meses después de que el país confirmara su primer caso de COVID-19, los gobernadores de casi todos los estados todavía se quejan de la falta de suministros médicos y equipos de prueba. Sigue siendo difícil para la gente común hacerse la prueba.
El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, ha cuestionado la lenta reacción del presidente de los Estados Unidos ante la pandemia. Afirmó "hay millones y decenas de millones de estadounidenses que no entienden lo que estás haciendo en este momento. No estás utilizando las herramientas de tu despacho. Esta es una de las mayores emergencias que nuestra nación ha enfrentado en generaciones. Cada herramienta debe ser aplicada. Por alguna razón, continúas dudando... Estás mirando y esperando y pierdes todas las oportunidades para ser valiente y actuar para proteger a nuestra nación".
En lugar de centrarse en cómo controlar mejor la propagación del virus, la administración Trump parece más interesada en culpar a otros de los problemas.
Como señaló Stephen Roach, investigador principal del Instituto Jackson de Asuntos Globales de la Universidad de Yale, el ataque de Washington a China es más una consecuencia de problemas internos que una respuesta a una amenaza externa genuina y "obsesionarse con chivos expiatorios es aparentemente mucho más fácil que mirarse inquisitivamente durante tiempo en el espejo". Pero ese no es el enfoque correcto para salvaguardar la salud y la vida de los estadounidenses.
Como dijeron algunos usuarios de Internet de los EE. UU., el gobierno de los EE. UU. primero debe idear un plan para proporcionar suministros a las instituciones médicas en lugar de estar obsesionado con una guerra de propaganda.
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