Adam Stern, de 32 años, estaba buceando en la bahía de Jervis, en Nueva Gales del Sur, Australia, cuando decenas de curiosos leones marinos se agolparon a su alrededor para jugar, bailar y posar para selfies.
Adam, que vive en la costa central de Australia, dijo: "Los leones marinos son como los cachorros del océano. Son increíblemente juguetones. Nadan contigo, bailan contigo y te responden bajo el agua. Es pura magia. Es una locura que tantos leones marinos estén interesados en nadar con un pequeño humano".
"Rodamos allí por la conocida colonia de leones marinos y porque el agua suele ser clara y azul en ese lugar", añadió.