En un documento reciente, el ideólogo alemán de extrema derecha, Adrian Zenz, ha acusado a las autoridades chinas de forzar a cientos de miles de uygures a recoger algodón. Un productor local uygur, no obstante, ha descrito la recogida de algodón como un trabajo decente y bien pagado y no un "trabajo forzado".

Como un productor de algodón de la ciudad de Kuqa, en la prefectura de Aksu, Mijit Timit es propietario de unas tierras de cultivo de 200.000 metros cuadrados, las cuales le permiten generar ingresos anuales de unos 150.000 yuanes, es decir, más de 23.000 dólares estadounidenses. 

Hace varios años, contrató a recolectores de algodón tanto de la región autónoma uygur de Xinjiang como de otras partes de China.    

Pero ahora emplea máquinas de cosecha, por ser más eficientes y costar menos.

Mijit afirma que la recogida de algodón es un trabajo bien pagado, y que por eso los trabajadores migrantes acuden hasta Xinjiang durante la temporada de cosecha.

"Estamos ganando dinero gracias a la cosecha de algodón que hemos plantado nosotros mismos, ¿cómo puedes llamar a eso "trabajo forzado"? Los recolectores de algodón que solíamos contratar ganaban unos 10.000 yuanes en dos meses. Mucha gente se apresuraba para conseguir este trabajo, ¿acaso te parece forzado?", dijo Mijit Timit, agricultor de la ciudad de Kuqa de la región autónoma uygur de Xinjiang.

Mijit afirma que la recogida de algodón es un trabajo bien pagado, y que por eso los trabajadores migrantes acuden hasta Xinjiang durante la temporada de cosecha.

Xu Guixiang, del Departamento de Publicidad de Xinjiang, explica que la recolección de algodón solía ser una elección popular para los trabajadores migrantes de otras provincias como Henan y Sichuan. Xu declara que los empleadores locales no sólo les pagan salarios elevados, sino que además les ofrecen comida y alojamiento, y que sus derechos laborales están garantizados.  

Las acusaciones de Zenz de "trabajos forzados" en Xinjiang han provocado que algunos países disminuyan o incluso detengan sus importaciones de algodón procedentes de esa región. 

Xu Guixiang confirma que algunas empresas y ciudadanos locales están ahora demandando al autor del documento por haber sufrido pérdidas económicas y haber visto dañada su reputación.

Ahora los agricultores emplean máquinas de cosecha, por ser más eficientes y costar menos.