Después de los sombríos meses de invierno de un bloqueo por coronavirus, surgieron brotes de esperanza en la primavera cuando se relajaron las restricciones en un jardín de flores holandés y otros lugares públicos.

Bajo un plan piloto aprobado por el Gobierno, el mundialmente famoso jardín de Keukenhof abrió sus puertas para permitir que unos pocos miles de personas pasaran de puntillas a través de los 7 millones de tulipanes, jacintos, narcisos y una miríada de otras flores meticulosamente plantadas a mano en sus cuidados jardines por un pequeño ejército de jardineros.

Bajo un plan piloto aprobado por el Gobierno, el mundialmente famoso jardín de Keukenhof abrió sus puertas para permitir la entrada de unos pocos miles de personas.

Se permitió la entrada al jardín, ubicado en medio de los campos de bulbos planos entre Ámsterdam y La Haya, a un máximo de 5.000 visitantes si estos podían demostrar que acababan de dar negativo en la prueba de COVID-19.

El jardín tiene 7 millones de tulipanes, jacintos, narcisos y una miríada de otras flores.