Cuando Zileyhan escuchó por primera vez sobre el trabajo de la fábrica en el norte de Bole, no dudó en aprovechar la oportunidad. El puesto, por el que cobra más de 5.000 yuanes al mes (600 dólares), le ayudó a salvar la vida de su madre, que estaba gravemente enferma, y ayudó a su padre a comprar el primer automóvil de la familia.