En Xinjiang, las tradiciones aún mantienen que las mujeres no pueden salir de casa libremente y vestirse como deseen. Incluso llevar un vestido blanco en una boda es inaceptable para muchas. Samira Arkin, propietaria de una tienda de novias en Kashgar, quiere que las mujeres acepten su independencia y expresen abiertamente su deseo de ser hermosas.