"Mi historia con el panda gigante siempre parece como si recién empezara. La naturaleza me ha dado demasiadas sorpresas ". He Liwen, quien ha estado involucrado en la protección de pandas gigantes salvajes durante más de 20 años en el distrito de Wen, ciudad de Longnan en el noroeste de China, tiene que realizar patrullas con sus colegas todos los meses y el tiempo que dedica a esta tarea es siempre impredecible.

Los guardabosques, en grupos de tres o cinco, llevan uno o dos burros o mulas, cargan comida seca en sus espaldas y entran en la selva virgen.

Los guardabosques, en grupos de tres o cinco, llevan uno o dos burros o mulas, cargan comida seca en sus espaldas y entran en la selva virgen. Reemplazan periódicamente las baterías y las tarjetas de memoria de las cámaras infrarrojas instaladas en diferentes lugares. Durante las patrullas, se puede enfrentar ataques de animales en cualquier momento. En los bosques llenos de espinas se desconoce cada paso que se da. Entre acantilados y paredes, los animales salvajes pueden atravesar lugares fácilmente con un salto. He Liwen y sus colegas se desplazan con dificultad. Es común caminar por caminos de montaña que tienen menos de un kilómetro en línea recta durante varias horas.

En los últimos años, cientos de cámaras infrarrojas en la reserva han registrado una gran cantidad de imágenes preciosas de pandas salvajes.

En los últimos años, cientos de cámaras infrarrojas en la reserva han registrado una gran cantidad de imágenes preciosas de pandas salvajes. "Cuando los pandas salvajes ya no necesiten a humanos que les den una protección especial, entonces nuestro trabajo podrá considerarse un verdadero éxito", dijo He Liwen.

Mi historia con el panda gigante siempre parece como si recién empezara.