Las fuerzas de ocupación de Estados Unidos decidieron no procesar a un número de criminales de guerra japoneses que actuaron en la Segunda Guerra Mundial a cambio de sus datos sobre armas biológicas tras experimentos crueles desarrollados en humanos vivos, según un artículo del periódico oficial del Gobierno ruso Rossiyskaya Gazeta.
En respuesta a las objeciones de China y la Unión Soviética, el jefe del Ejército estadounidense, Douglas MacArthur, durante el juicio por crímenes de guerra de Tokio, eliminó las atrocidades cometidas por la notoria Unidad 731, una operación encubierta de investigación y desarrollo de guerra biológica y química.
Los japoneses, a cambio, transfirieron todos los resultados de los experimentos biológicos realizados durante la Segunda Guerra Mundial a Estados Unidos, dice el artículo.
Estados Unidos estaba extremadamente interesado en tales datos, y prefirió esta información al triunfo de la justicia en medio de la amenaza inminente de la Guerra Fría, indica el artículo.