China ha respondido a las acusaciones sobre presuntos abusos de derechos humanos en Xinjiang durante la 47.º sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra. Beijing ha acusado de hipocresía a Estados Unidos y a otros países occidentales. 

China se opone enérgicamente a las acusaciones sobre violaciones de los derechos humanos en Xinjiang, en respuesta a una declaración conjunta de Canadá, Reino Unido y Estados Unidos al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. 

La declaración conjunta sobre China fue leída por el embajador canadiense Leslie Norton, y acusa a China de detener de forma arbitraria a más de un millón de personas en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. 

La declaración afirma que hay una vigilancia generalizada en la región, que de forma desproporcionada se dirige a los uigur y a miembros de otras minorías étnicas. También acusa a China de restringir las libertades fundamentales de la cultura uigur. 

Dai Ruijun, una de los 15 representantes chinos en la reunión, señala que las acusaciones están basadas en los los estudios anti-China del investigador de extrema derecha Adrian Zenz, entre otros.

La profesora Dai señala que la definición de genocidio requiere la destrucción de un gran número de gente de un grupo étnico. En su comentario señala que Estados Unidos debería ser el país al que se dirigieran esas acusaciones de genocidio.  

El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU está presionando para que observadores independientes visiten Xinjiang de forma inmediata y sin restricciones. China afirma que da la bienvenida a la medida, pero rechaza todas las acusaciones.

China se opone enérgicamente a las acusaciones sobre violaciones de los derechos humanos en Xinjiang.