La montaña Mingsha, en la ciudad de Dunhuang, provincia de Gansu, en el noroeste de China, es una de las dunas que pueden cantar, aunque deben darse ciertas condiciones. Tiene una historia de más de 3.000 años. En verano, el calor abrasador puede hacer que la montaña emita un sonido de canto. El viento que sopla y las actividades humanas también provocarán un eco, a veces parecido a un trueno.
En lo profundo del desierto descansa el lago Yueya. En el idioma chino, "yueya" significa la luna nueva. Con 150 metros de largo y 50 metros de ancho, el lago recibe su nombre por su forma de luna nueva. El lago acogió anteriormente agua del río Dang, pero el suministro se detuvo en la década de 1990 debido a proyectos de embalses cercanos. Ahora, el lago, con su agua suplementada de forma artificial, es una atracción turística popular.
La montaña Mingsha.
