En la China de 1978, la historia llegó a un nuevo punto de inflexión. ¿Hacia dónde iría China? El pueblo tenía grandes expectativas.
El 17 de julio de 1977, después de haber experimentado ascensos y caídas, y ya con 73 años, Deng Xiaoping retomó el lugar que le correspondía en el liderazgo del partido.
Después de su regreso, Deng Xiaoping tomó la iniciativa de hacerse cargo de la ciencia y la educación. Después de 11 años, se reinstituyó el sistema de ingreso a la universidad.
Se celebraron la Conferencia Nacional de Ciencias y la Conferencia Nacional de Trabajo de Educación, que marcaron la nueva primavera de la ciencia, la tecnología y la educación.
La vida cambiaba, así como los conceptos y la mentalidad.
Con el apoyo de Deng Xiaoping y muchos otros revolucionarios veteranos, el gran debate sobre los criterios de la verdad se extendió rápidamente a todo el país.
Del 18 al 22 de diciembre de 1978 se llevó a cabo la Tercera Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido Comunista de China, en la que se determinó el cambio del enfoque de trabajo del Partido a la modernización socialista, y se tomó la crucial decisión de implementar la reforma y apertura, lo cual desembocó en un giro transcendental en la historia del Partido.
En la Sexta Sesión Plenaria del XI Comité Central del PCCh, celebrada en junio de 1981, se negaron por completo los errores de desviación de izquierda de la Revolución Cultural y el período anterior, y se evaluó científicamente el estatus histórico de Mao Zedong y del pensamiento de Mao Zedong.
Los comunistas chinos, con Deng Xiaoping como su principal representante, lideraron al Partido y al pueblo de todos los grupos étnicos para lograr un gran giro histórico. Durante ese período, los cambios se sucedían día tras día. Las ideas activas y la gran pasión por el emprendimiento que había surgido de las diferentes oleadas de transformaciones, fueron el impulso que China necesitaba para seguir avanzando y prosperando sin cesar.