A mediados y finales de los años 80, con la profundización de la reforma y apertura, y la transformación del sistema económico, comenzaron a surgir numerosos problemas de fondo.
La paz del Estado y la tranquilidad de la gente es el deseo común de todo el pueblo chino. Ante las diversas presiones internacionales, los comunistas chinos dieron una respuesta clara.
El 11 de diciembre de 2001, China se convirtió en el miembro número 143 de la Organización Mundial del Comercio, iniciando de esa manera una nueva etapa de la apertura al exterior.
Los comunistas chinos, con el camarada Jiang Zemin como su principal representante, superaron una serie de duras pruebas internas, externas y naturales, enarbolando con firmeza la gran bandera del socialismo con peculiaridades chinas y liderando un país próspero en su entrada al siglo XXI.
