El 12 de agosto se celebra el décimo Día Mundial del Elefante. Fue una iniciativa internacional impulsada por la Fundación para la Reintroducción de los Elefantes con el fin de concientizar sobre la situación delicada de estos grandes mamíferos: los elefantes asiáticos y africanos.

El principal motivo de la disminución radica en la elevada rentabilidad producto del comercio ilegal de marfil, afectando la conservación y preservación de la especie y del ecosistema de su hábitat.

Últimamente, una manada de elefantes en el sur de China llamó la atención mundial. Los paquidermos, que vagaron por la suroccidental provincia china de Yunnan después de una larga migración hacia el norte, se encuentran ya cerca de su hábitat natural gracias a los esfuerzos de la misión para guiarlos de vuelta.

En marzo de 2020, un grupo de elefantes asiáticos abandonaron una reserva natural en Xishuangbanna, una región tropical fronteriza con Laos y Myanmar. En su ruta hacia el norte, pasaron por ocho ciudades del distrito. 

Se espera que la manada llegue pronto a su hogar después de 17 meses de “viaje”. Sin embargo, los investigadores indican que con la expansión de la población de especies, es probable que estos animales salvajes se embarquen de nuevo en viajes similares buscando un lugar ideal para vivir.

Actualmente, el número de elefantes asiáticos silvestres en la provincia de Yunan ha alcanzado más de 300 en comparación con los 150 contabilizados el año 1978.

Los elefantes son criaturas inteligentes y empáticas. Tal y como lo hace el gobierno local y central de China con la manada de elefantes, los seres humanos tienen que prestar atención en cuidar a estos grandes amigos para que vivan armoniosamente con la humanidad. 

Podemos contribuir a la protección de los elefantes al no adquirir objetos hechos con marfil y no apoyar la exhibición de elefantes en espectáculos de entretenimiento.