El 10 de agosto, unos buzos recogieron equipos de pesca, por ejemplo, redes de pesca abandonadas conocidas como redes fantasma y cuerdas, del fondo marino en Adana, Turquía.
La investigación realizada por el Fondo Mundial para la Naturaleza en 2020 indica que cada año se abandonan en el océano entre 500.000 y un millón de toneladas de equipos de pesca fantasma, lo que pone en grave peligro la vida marina y los hábitats del mar.
Los lugareños transforman los materiales de desecho recolectados por los buzos en bolsas, paños de limpieza y otros artículos.
Los productos reciclados también se incorporarán a la economía local para impulsar los mercados.