Según varios informes, el estudio sobre la trazabilidad de la COVID-19 del departamento de inteligenia de Estados Unidos no ha logrado progresos sustanciales, pero Estados Unidos quiere publicarlo según lo programado, tratando de inducir en sus conclusiones que el coronavirus vino del Instituto de Virología de Wuhan.
Los altos cargos del Gobierno estadounidense creen que investigar no es el propósito de este estudio, sino promover la investigación en sí. El propósito de seguir promoviendo la investigación sobre la trazabilidad es consumir los recursos diplomáticos de China e incrementar sus posibilidades de negociación.
Al mismo tiempo, Estados Unidos también ha presionado al director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, para que inicie el estudio de fase II en China lo antes posible, y a sus aliados para que promuevan investigaciones de terceras partes fuera del marco de la OMS si fuera necesario.
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, señala que ha prestado atención a los informes pertinentes, y asegura que si fueran verdad, sería un confesión de la parte estadounidense de que deliberadamente busca una presunción de culpabilidad. Indica que lo que le importa a la parte estadounidense no son los hechos ni la verdad, sino consumir y desprestigiar a China. Parece clara la intención de la parte estadounidense de realizar una manipulación política.
Zhao Lijian subraya que China siempre ha apoyado y seguirá participando en la trazabilidad científica, y que ha invitado a la Organización Mundial de la Salud a China para investigaciones en cooperación en dos ocasiones, que han llegado a conclusiones científicas acreditadas, sentando las bases para la trazabilidad global en la nueva etapa. A lo que China se opone firmemente es a la trazabilidad política. Estados Unidos debería invitar abiertamente a la OMS a realizar una investigación sobre la trazabilidad en Estados Unidos, especialmente en Fort Detrick y en la Universidad de Carolina del Norte. Esa es la sinceridad y la actitud de un país que se preocupa realmente por la trazabilidad global.