"¡Noticias falsas!" -Esta era una muletilla del exlíder de los Estados Unidos, pero lamentablemente ha sido un retrato de la sociedad estadounidense actual. Desde el estallido de la pandemia de neumonía del nuevo coronavirus, las informaciones falsas sobre la pandemia en los Estados Unidos han estado volando por todas partes. Han sobrepasado el sentido común científico y el espíritu racional necesarios para combatir la pandemia, y también han confirmado la opinión expresada en un informe de investigación de tres comités de expertos de China de que Estados Unidos es digno de ser "el país Número 1 del mundo en informaciones falsas".
Al comienzo del brote, el tomador de decisiones de la Casa Blanca ignoró las advertencias tempranas y perdió la mejor ventana para la prevención y el control de la pandemia. Pero en comparación con la incapacidad de detener la propagación del virus, los políticos estadounidenses son mejores para difundir informaciones falsas sobre la pandemia.
La gente todavía recuerda que el entonces líder estadounidense que solía quejarse de las "noticias falsas", difundió informaciones falsas anticientíficas a través de conferencias de prensa sobre la pandemia, redes sociales y otros canales, diciendo que la pandemia era una "gran gripe" y que desaparecería “con la subida de las temperaturas”. Además, también estaba apasionado por difundir declaraciones pseudocientíficas como: "la hidroxicloroquina y otros medicamentos pueden tratar el nuevo coronavirus", "la inyección de desinfectante puede matar el virus" y otras declaraciones pseudocientíficas. Algunos estadounidenses que no conocían la verdad murieron debido a sus creencias. El Capitolio de EE. UU. citó una vez a expertos en salud pública que criticaban que el exlíder de EE. UU. promovió informaciones falsas sobre la pandemia y los métodos de tratamiento, reduciendo la posibilidad de que el público siga los consejos científicos y de salud, y poniendo sus vidas en peligro.
Instigados por políticos estadounidenses y teniendo en cuenta que los dos partidos han utilizado la pandemia como arma para atacarse entre sí, se han provocado sentimientos irracionales en el pueblo estadounidense y se ha difundido informaciones falsas. En las principales redes sociales occidentales, bajo el pretexto de la "libertad de expresión", la difusión de informaciones falsas ha provocado una avalancha de desastres.
Según los datos de investigación publicados por investigadores de la Alianza Científica de la Universidad de Cornell el año pasado, de los 38 millones de artículos sobre la pandemia del nuevo coronavirus publicados en los medios de comunicación en inglés de todo el mundo entre principios de enero y finales de mayo del año pasado, más de 1,1 millones eran informaciones falsas. Estos artículos han sido publicados más de 36 millones de veces en varias redes sociales, de las cuales tres cuartas partes de las publicaciones se realizaron en Facebook. Joshua Scharfstein, vicedecano de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, señaló que las informaciones falsas sobre la pandemia es “una de las principales razones por las que Estados Unidos no ha tenido un buen desempeño en la lucha contra la pandemia”.
De calumniar sobre el virus a difamar con "la fuga del laboratorio chino", la Casa Blanca cambió de dueño, pero la intención de echar la culpa a China no ha cambiado. Con el fin de encubrir la mala gestión de los políticos, medios estadounidenses inventaron incluso la "lista antiepidémica de EE.UU. en la lucha global", que ha sido el hazmerreír del mundo.
Diversos hechos han demostrado que Estados Unidos ha fracasado por completo en su lucha contra la pandemia y que el "primer país del mundo en informaciones falsas" está cosechando sus propios malos resultados. Las mentiras fabricadas por los políticos estadounidenses en base a sus intereses políticos han llevado a Estados Unidos en la dirección errónea contra la pandemia, engañado al pueblo estadounidense e incluso perjudicado la lucha global contra la pandemia. Son cómplices del virus. Debe exigirse responsabilidad a los autores y difusores malintencionados de informaciones falsas.