El día 27, los servicios de inteligencia estadounidenses dieron a conocer los puntos principales del llamado "Nuevo Informe sobre el Rastreo de los Orígenes de COVID-19", sin llegar a ninguna conclusión clara, pero transfiere la responsabilidad de trazabilidad a China. Posteriormente, la Casa Blanca emitió una declaración calumniando la negativa de China a compartir información y obstruyendo las investigaciones internacionales de trazabilidad.

Esta es la última y otra farsa de Estados Unidos para politizar el tema de la trazabilidad. El llamado informe no tiene cientificidad ni credibilidad. De hecho, desde que la Casa Blanca ordenó a los servicios de inteligencia que dirigieran la investigación de trazabilidad hace más de tres meses y publicaran los "resultados" en un corto período de tiempo, la comunidad internacional ha visto claramente que el propósito de Estados Unidos es utilizar el tema de la trazabilidad para culpar a otros y difundir el virus político. El uso de los servicios de inteligencia para la trazabilidad es en sí mismo una prueba clara de que Estados Unidos ha politizado el tema de la trazabilidad.

Después de la publicación del llamado informe, algunos políticos estadounidenses desatan ataques de difamación contra China y continúan "echando culpa" para ocultar su conciencia culpable y vergüenza por el fracaso de su farsa política. Esto expone su actitud mórbida y paranoica hacia la manipulación política.

La ironía es que mientras los políticos estadounidenses permiten que la agencia de inteligencia fraudulenta lidere investigaciones y se involucre en presunciones de culpabilidad, exigen descaradamente que China cumpla con las normas y estándares científicos. Este tipo de truco de "ladrones llaman a atrapar a ladrón" es un pisoteo del espíritu de la ciencia y un desprecio por la vida y la seguridad de las personas en todo el mundo.

En el tema de la trazabilidad del virus, la actitud científica, profesional y responsable mostrada por el Gobierno chino es evidente para todo el mundo. El grupo internacional de expertos de la OMS visitó China dos veces para realizar una investigación conjunta sobre la trazabilidad, y se reunió con todas las personas que querían conocer y consultó todos los materiales que querían ver. El informe de investigación conjunto emitido por la OMS y China cree que es "extremadamente improbable" que el nuevo coronavirus se filtre del laboratorio. Esta conclusión ha sido apoyada y reconocida universalmente por la comunidad científica mundial.

Lo que la gente debe ver con más claridad es que cuanto más locas son las actuaciones de los políticos estadounidenses al difamar a China, más resaltan las muchas dudas de la epidemia de Estados Unidos. ¿Cómo estalla y se extiende realmente la epidemia de nuevo coronavirus en Estados Unidos? EE. UU. debe al mundo demasiadas respuestas.

Es obvio que Estados Unidos, como el "país más sospechoso de origenes del virus" número uno del mundo, debe ser el centro de la próxima fase de la rastreabilidad de la OMS. Dado que algunos políticos estadounidenses insisten en que no se puede descartar la posibilidad de "fugas de laboratorio", debe abrir la puerta y permitir que la OMS envíe expertos a la base de Fort Detrick, al Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de Estados Unidos y a la Universidad de Carolina del Norte, donde los incidentes de seguridad son frecuentes, para realizar las investigaciones. Dado que Estados Unidos acusa a otros países de ser "opacos", debe publicar sus primeros datos de casos en lugar de encubrirlos.

Los hechos del año pasado han demostrado que los políticos estadounidenses que se han pervertido en la manipulación política no solo han hecho a su propia gente a pagar un precio terrible, sino también han creado enormes obstáculos para la cooperación mundial en la lucha contra la pandemia. Actualmente, el número acumulado de casos confirmados en Estados Unidos supera los 38 millones y el número de los muertos se acerca a las 640.000. Afectado por la mutación del virus, Estados Unidos está experimentando el aumento más destacado del número de pacientes hospitalizados con la neumonía de nuevo coronavirus desde el invierno de 2020. Si los políticos estadounidenses todavía insisten en hacer trucos políticos, seguramente cargarán con más deudas sangrientas de derechos humanos. La gente de todo el mundo, incluido el pueblo estadounidense, debe responsabilizarlos.

Actualmente, el número acumulado de casos confirmados de COVID-19 en Estados Unidos supera los 38 millones y el número de los muertos se acerca a las 640.000.