Estados Unidos siempre se ha considerado a sí mismo como una nación excepcional y un ejemplo a seguir para otros.

La mayoría de los estadounidenses piensa en su país como un faro de bondad admirado en todo el mundo. El expresidente Ronald Reagan describió una vez a Estados Unidos como una "ciudad brillante en una colina", "repleta de gente de todo tipo, que vive en armonía y paz".

Pero la verdad es que la mayoría de los estadounidenses no se ven a sí mismos como los ven demás. Donde los estadounidenses ven "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad", otros ven una nación que se ha implicado en guerras por intereses injustos y valores injustificados.

Los estadounidenses han olvidado o desconocen a las personas que sufrieron al ayudar a convertir a Estados Unidos en una potencia mundial.

Y no se dan cuenta de que su país casi siempre ha estado en guerra.

En cualquier momento dado, la mayoría de los estadounidenses no pudieron identificar los países donde las tropas estadounidenses están luchando en un mapa, y mucho menos explicar por qué están involucradas en un conflicto.

Desde 1776, Estados Unidos solo ha estado en paz durante 17 años.

Los colonos estadounidenses tomaron las armas contra Gran Bretaña para conseguir la independencia.

Luego, los colonos europeos aniquilaron a los pueblos indígenas de América del Norte para expandirse hacia el oeste.

Se estima que había 10 millones de nativos viviendo en el continente cuando llegaron los colonos. Para 1900, la población indígena estimada era menos de 300.000.

En una corriente casi ininterrumpida de guerras y combates, Estados Unidos se expandió de 13 colonias a 50 estados.

Estados Unidos también ha anexado o conquistado cinco territorios. Tiene bases militares en unos 80 países y territorios extranjeros. Desde 1776, Estados Unidos ha estado en paz solo uno de cada 20 años.

¿Por qué Estados Unidos está siempre luchando?

Los políticos a lo largo del tiempo han ofrecido varias justificaciones:

Los colonos originales pensaron que Dios les había concedido una nueva Tierra Prometida; la Revolución Estadounidense fue impulsada por intereses comerciales; la violenta expansión hacia el oeste fue impulsada por un sentido de propósito especial denominado "destino manifiesto"; muchas guerras estadounidenses en el último siglo se justificaron por proteger la democracia del fascismo o el comunismo.

A veces, la justificación era la política y el dinero, o la política, el dinero y la religión.

Las justificaciones han cambiado con el tiempo. Pero si miras entre líneas, las verdaderas razones son siempre las mismas.

Desde el principio, Estados Unidos fue a la guerra por dos cosas.

Primero, defender o expandir su territorio. En segundo lugar, hacer negocios sin restricciones, a menudo abreviado como "libertad".

La guerra es buena para los negocios, y la guerra es un buen negocio, especialmente para los Estados Unidos del siglo pasado.

Mire la acritud entre los EE. UU., Australia y Francia por un acuerdo de submarinos.

Algunos analistas franceses dicen que la OTAN puede que nunca vuelva a ser la misma, todo debido a que un acuerdo de submarinos de 60.000 millones de dólares salió mal.

El expresidente George W. Bush dijo que la guerra de Irak trataba de armas de destrucción masiva. Esto resultó ser una gran mentira. Entonces, ¿por qué invadió Estados Unidos?

"Por supuesto que se trata del petróleo. Trata bastante del petróleo y realmente no podemos negarlo", dijo John Abizaid, comandante de CENTCOM de 2003 a 2007, en una entrevista.

No es ningún secreto que la guerra siempre ha tenido que ver con el dinero y el poder que representa.

En la década de 1950, los vínculos entre la industria y el ejército se habían vuelto tan fuertes que el entonces presidente Eisenhower, un héroe de la Segunda Guerra Mundial, dio una advertencia al público.

Advirtió sobre una máquina de guerra fuera de control que siempre necesita un enemigo para seguir siendo rentable.

"Debemos protegernos contra la adquisición de una influencia injustificada, ya sea buscada o no, por parte del complejo militar-industrial. El potencial para el desastroso aumento del poder fuera de lugar existe y persistirá", advirtió.

A Estados Unidos le encanta hablar de paz. Pero todo lo que conoce es la guerra.

¿Puede Estados Unidos cambiar sus formas? La historia sugiere que no.

Pero los aliados de Estados Unidos, nuevos y viejos, deben esperar contra toda esperanza que Washington haya aprendido algo de sus desastres en Afganistán, Irak, Siria y Vietnam, y no arrastrará al mundo a otra lucha costosa, inútil e imposible de ganar.

Los 78 millones de estadounidenses nacidos después de 2001 nunca han vivido en un Estados Unidos que haya estado en paz.

Después de luchar durante 228 de los últimos 245 años, tal vez sea hora de que los soldados estadounidenses dejen sus armas durante al menos algunos años.