El este de Ucrania sigue siendo el escenario de intensos bombardeos por parte de las fuerzas rusas. Moscú concentra sus ataques en las ciudades de Severodonetsk y Lisichansk. A su vez, Rusia urgió a Lituania a reanudar el tránsito ferroviario entre Kaliningrado y el resto del territorio ruso, después de que Vilnius cortara el paso de bienes incluidos en las sanciones de la Unión Europea al enclave ruso.
Rusia intensificó sus ataques en el este de Ucrania, especialmente en Severodonetsk, una de las dos ciudades de Lugansk que aún no han caído en manos rusas. El gobernador de Lugansk, Serhiy Gaidai, denunció que Moscú emplea munición prohibida y que se producen combates callejeros las 24 horas del día. Las fuerzas rusas capturaron un pequeño pueblo al suroeste de Severodonetsk, pero, por el momento, no han sido capaces de obtener más avances.
Gaidai subrayó que el único lugar que los soldados ucranianos controlan por completo es la planta química de Azot. Al mismo tiempo, Rusia lanzó un ultimátum a Lituania tras el bloqueo del tránsito ferroviario de mercancías hacia el enclave de Kaliningrado, territorio ruso situado entre Polonia y Lituania. El Kremlin calificó el bloqueo de "ilegal" y advirtió que implementará medidas de represalia si no se restablece el tránsito. El gobernador de Kaliningrado, Anton Alijanov, propuso reemplazar los servicios ferroviarios de aquí al final de la semana e instó a los residentes a no entrar en pánico. Lituania subrayó que no ha implementado ninguna medida unilateral y que los bienes no sujetos a las sanciones de la Unión Europea seguirán siendo transportados.