Al menos 23 personas han perdido la vida después de que un numeroso grupo de migrantes intentara cruzar la frontera entre Marruecos y el territorio español de Melilla, en el norte de África. La ciudad es, junto con Ceuta, una de las dos únicas fronteras terrestres entre África y la Unión Europea.
Golpeados, magullados y agotados. Aunque parezca mentira, estos migrantes africanos pueden considerarse afortunados. Consiguieron alcanzar el Centro de Recepción de Migrantes en la ciudad española de Melilla, en el norte de África. Fueron los pocos que pudieron cruzar al territorio español tras violentas escaramuzas con la policía marroquí.
El viernes 24 de junio, más de 2 mil migrantes intentaron saltar por la fuerza la valla fronteriza que separa Melilla de Marruecos. Las fuerzas de seguridad marroquíes los repelieron.
Las consecuentes escaramuzas terminaron con la muerte de, al menos, 18 personas. Otras 76 resultaron heridas. Algunos grupos de defensa de los derechos humanos sitúan la cifra de fallecidos en 27. La policía marroquí insiste en que la mayoría de muertes se produjeron como consecuencia de caídas desde lo alto de la valla.

Al menos 23 personas han perdido la vida después de que un numeroso grupo de migrantes intentara cruzar la frontera entre Marruecos y el territorio español de Melilla, en el norte de África.