Llegar a la aldea Tianba no es fácil, hay que bajarse del tren en la estación de Mianyang, en la provincia de Sichuan, y luego tomar algún transporte hasta el distrito autónomo qiang de Beichuan y dar vueltas hasta alcanzar finalmente la aldea.

Mientras el coche avanza, uno puede ver pasar lentamente por las ventanillas las montañas y los ríos, al tiempo que los pensamientos en la mente se van simplificando y aclarando. Contemplando tranquilamente la aldea entre las montañas, los bosques de bambú, los arroyos, ya sea bajo un sol intenso o una lluvia fuerte. Y, con la aldea acercándose, el humo surgiendo de las cocinas de los hogares.

En sus proximidades se encuentran atracciones turísticas como la Ciudad Qiang de Beichuan y el monte Xunlong, así como especialidades como el té de musgo de Beichuan, y la panceta salada de Beichuan, que cada familia en la aldea sabe elaborar. Sin embargo, todos los veranos, en julio y agosto, la carretera de acceso a la aldea sufre fuertes lluvias e inundaciones que la colapsan. Cada año, el Gobierno local se ve obligado a repararla y supone uno de los obstáculos para el desarrollo de la aldea.

La principal fuente de ingresos del pueblo es el té. Todas las familias lo cultivan para ganarse la vida, pero aún no se ha formado una cadena de producción completa. Poco a poco, la aldea busca una salida, tratando de unir a las familias para que recojan el té de forma unificada y lo produzcan conjuntamente. 

Aunque el ritmo de vida no es tan acelerado como en las grandes ciudades, donde cada segundo cuenta, la vida de los aldeanos tampoco es fácil. El cultivo y la recolección del té es un trabajo agrícola muy duro, con el té, el maíz y la soja plantados a intervalos. Pero los aldeanos utilizan su propia sabiduría para mejorar la utilización de los recursos de la tierra. 

La aldea intenta integrar el desarrollo del té y el turismo, para que la gente acostumbrada a la vida en la ciudad tenga la oportunidad de acercarse a la naturaleza, y también para atraer a algunos jóvenes para que ayuden al desarrollo de la aldea. Los visitantes pueden experimentar la recogida de té, la elaboración de té y la comida típica en la aldea, y quedarse el fin de semana, escuchando las cigarras, el sonido de los corrientes de agua y los susurros en el bosque de bambú. También se puede apreciar cómo cambian las nubes en el cielo durante el día y contemplar el cielo lleno de estrellas a última hora de la noche, en medio del silencio de las montañas.

La aldea de Tianba es tranquila y apacible, y la impresión que se tiene de ella no es muy lejana; se ve tan quieta como las nubes entre las montañas, pero está cambiando y desarrollándose lentamente. Parece un microcosmos del proceso de desarrollo de todas las aldeas de China, con sus dificultades y sus ventajas, y con sus esforzados habitantes conectando a ambas en medio. Aunque no es tan fuerte como el vino, la aldea Tianba se asemeja más a una taza de té, cuya fragancia penetra poco a poco en el corazón y hace que la extrañes aún más cuando te vas. A medida que el coche avanza, la aldea de Tianba vuelve a desvanecerse en las colinas.