Nota del editor: Este artículo es una traducción del texto en chino de “Apuntes sobre Asuntos Internacionales”, publicado en China Plus el 19 de mayo de 2019.
El 16 de mayo, el Departamento de Comercio de Estados Unidos, sin prueba alguna, incluyó a la marca de tecnología china Huawei y a sus 70 afiliados en la "Lista de entidades", que prohíbe a Huawei comprar componentes o tecnologías de empresas estadounidenses. Esta decisión apuntaba claramente a obstaculizar el desarrollo tecnológico de la alta tecnología de China estrangulando a Huawei para asegurar la hegemonía de EE. UU. en la industria global de la ciencia y tecnología.
Sin embargo, lo que sorprendió a Washington es el hecho de que Huawei anunció justo después sus planes de utilizar chips de reserva que ha desarrollado por su cuenta durante años para garantizar una seguridad estratégica y una cadena de suministro estable en la mayoría de sus productos. Esto representa un golpe maravilloso al movimiento "estrangulador", y da cuenta del espíritu de Huawei en lo relativo al trabajo duro y a la innovación. Demuestra la previsión a largo plazo de la empresa y su atenta vigilancia frente a peligros potenciales en tiempos de paz.
Como el fabricante de equipamiento de telecomunicaciones más grande del mundo, y después de más de 20 años de desarrollo por todo el mundo, los servicios y productos de Huawei se utilizan en 170 países, dando servicio a más de un tercio de la población mundial. Aunque su camino del desarrollo en EE. UU. ha sido difícil y accidentado.
Se obstruyeron muchos de sus proyectos de adquisición, y la empresa fue investigada por suponer un tal "riesgo para la seguridad nacional". La puerta para que Huawei forme parte de la infraestructura de la construcción de internet en EE. UU. con operadores locales ha estado plenamente cerrada.
EE. UU. se ha mostrado nervioso por el hecho de que Huawei se encuentra a la cabeza en la lista global de solicitudes de patentes para la construcción de una red 5G, y ha declarado que "la carrera del 5G es una carrera que debe ganar EE. UU.".
Aunque EE. UU. ha afirmado que desea ganar compitiendo en vez de bloqueando las tecnologías avanzadas, sus acciones no encajan con sus palabras. EE. UU. ha utilizado el concepto de "seguridad nacional" como una herramienta para promover el proteccionismo económico y ha tomado diferentes medidas, como el secuestro político, para entorpecer el acceso de Huawei a la construcción de una red 5G en todo el mundo.
No obstante, sus últimos movimientos no solo no engrandecerán EE. UU. ni lo harán más fuerte, en realidad han dañado a los socios de Huawei en EE. UU., provocando la pérdida de multitud de empleos y la debilitación de la cadena de suministro global.
Las acciones de algunos de los socios de Huawei, como Qualcomm y Xilinx, cayeron en picado después de que EE. UU. anunciara sus restricciones. Líderes de países europeos, como el presidente de Francia Emannuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel, han dejado claro que ellos no seguirán sin más los pasos de EE. UU. para bloquear a Huawei. Estas acciones constituyen señales calaras de indignación pública en contra de las acciones arbitrarias de EE. UU. para acabar con sus competidores a través del abuso del poder de la nación.

Visitantes en una cabina de Huawei durante la exposición del Congreso Mundial de la Inteligencia en Tianjin, China. 16 de mayo de 2019. /Foto VCG.
Huawei merece ser elogiada por haber previsto el potencial "estrangulador" de las medidas desde hace más de una década y por haberse preparado para el peor de los casos, tal y como es este. El lanzamiento de planes de apoyo demuestra la actitud alerta de la empresa en contra de peligros potenciales y manifiesta su tenacidad para superar las dificultades y desafíos.
Tal espíritu no vertebra solo las empresas chinas, sino toda la nación. Desde su fundación hace 70 años, la República Popular de China ha lidiado con una serie de combates y amenazas de supresión del mundo exterior.
El país ha producido bombas atómicas y de hidrógeno así como un satélite para hacer frente al chantaje nuclear, y también ha superado las dificultades para producir sus propios microchips en medio de un bloqueo tecnológico. Bajo el principio de "esperar lo mejor y prepararse para lo peor", China y su pueblo han convertido una serie de peligros en ventajas.
China, más segura y más capaz que nunca, está más cerca de hacer del rejuvenecimiento nacional, una realidad. Sabe que llegar a esa meta no será un camino de rosas, sino que será necesario trabajar más duramente, estando más alerta ante el peor de los casos.
La estrategia ejemplar de Huawei también ha permitido que el pueblo chino sea más consciente de los peligros potenciales en épocas de paz. Les ha enseñado cómo solucionar y abordar problemas difíciles de frente.
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