El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha afirmado que Estados Unidos ha subido los precios y las ventas del gas natural licuado tras las recientes fugas de gas registradas en los gasoductos Nord Stream. El presidente ruso Vladímir Putin acusó la semana pasada a Estados Unidos y a sus aliados de atacar dichos gasoductos, acusaciones que Washington negó. 

Peskov dijo el día 3 que Rusia y los países europeos no tienen interés en detener el flujo de los gasoductos, ya que entre ellos hay vendedores y compradores de energía. Añadió que en la actualidad hay países que tienen la capacidad militar-tecnológica para llevar a cabo tal sabotaje, sin nombrar a ninguno. Un alto funcionario ruso había dicho el día 2 que era técnicamente viable reparar los gasoductos, pero Peskov insistió en que era necesario restaurarlos, pero que primero era preciso evaluar el fondo marino.