La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) aumentó el 2 de noviembre por cuarta ocasión consecutiva la tasa de interés en tres cuartos de punto porcentual, en medio de la peor inflación en cuatro décadas.

La Fed aumentó su tasa de préstamo a corto plazo en 0,75 puntos porcentuales para llegar al nivel más alto desde enero de 2008.
La Fed "tomará en cuenta el endurecimiento acumulativo de la política monetaria, los desfases con los que la política monetaria afecta la actividad económica y la inflación, y los acontecimientos económicos y financieros", indicó una declaración.
Se espera que el aumento en la tasa haga mella en el bolsillo de los consumidores y que resulte más costoso para los estadounidenses pagar una deuda u obtener una hipoteca.

El muy vigilado índice de precios al consumidor mostró en septiembre que la inflación bajó ligeramente a 8,2 % sobre una base anualizada, pero subió 0,4 % sobre una base mensual.
El muy vigilado índice de precios al consumidor mostró en septiembre que la inflación bajó ligeramente a 8,2 % sobre una base anualizada, pero subió 0,4 % sobre una base mensual.
Los legisladores están haciendo cada vez más llamados al banco central para que cese los aumentos en las tasas, pues los críticos temen que esto pueda desencadenar una recesión.
Pero la Fed no ha dado ningún indicio de que podría dar marcha atrás, pues el objetivo del banco central es bajar la inflación de nuevo a su objetivo de 2 %, incluso si esos esfuerzos desencadenan una recesión.
En tanto, los mercados laborales siguen robustos. Las ofertas de trabajo abundan y el desempleo es bajo. Pero los economistas mencionan la posibilidad de una recesión el próximo año, sobre todo si el banco central sigue elevando las tasas de interés a un ritmo tan agresivo.