En Estados Unidos, la Casa Blanca y el Congreso continúan intentando evitar una huelga de trabajadores ferroviarios que tendría serios efectos sobre la economía en un contexto de persistente y elevada inflación.
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La Casa Blanca creía haber llegado a un acuerdo para evitar la huelga de trabajadores ferroviarios en septiembre. Sin embargo, no todos los sindicatos han ratificado el convenio.
Las medidas de fuerza sindicales podrían comenzar el 9 de diciembre. Ante el fracaso de las negociaciones, el presidente Joe Biden se reunió con líderes del Congreso para pedirles que impongan el acuerdo alcanzado en septiembre a través de una ley a pesar de la reticencia de algunos sindicatos. Para Biden, que hasta ahora ha contado con el apoyo de los sindicatos, es una maniobra política riesgosa.
Con la aplicación del acuerdo alcanzado en septiembre, los trabajadores recibirían un 24 % de aumento a lo largo de 5 años. Sin embargo, el punto clave en disputa son los días de baja por enfermedad. Algunos trabajadores tienen jornadas laborales demandantes e impredecibles, y han denunciado que son penalizados cuando se toman días de baja por enfermedad.
Las compañías ferroviarias reclaman flexibilidad para disponer de los trabajadores. El Departamento de Trabajo indicó que algunas de esas compañías han obtenido beneficios récord en los últimos tiempos.
La Cámara de Representantes ya ha aprobado el proyecto de ley sin modificaciones, pero la bancada demócrata busca agregar en un instrumento legislativo separado un paquete que otorgaría siete días con pagos de baja por enfermedad como concesión para los trabajadores.
Pero ambas partes del acuerdo deberán votarse por separado en el Senado. Existen muchas posibilidades de que el acuerdo original sea aprobado, pero el paquete adicional no ha alcanzado hasta ahora suficiente apoyo republicano.
Los trenes de carga transportan alrededor del 30 % de los bienes de EE. UU. Una interrupción del servicio implicaría una disrupción adicional a las cadenas de suministro que ya vienen arrastrando dificultades. La Asociación de Ferrocarriles de EE. UU. estima que una interrupción del servicio podría costarle 2.000 millones de dólares al día a la economía estadounidense.

La Asociación de Ferrocarriles de EE. UU. estima que una interrupción del servicio podría costarle 2.000 millones de dólares al día a la economía estadounidense.