China eliminará sus restricciones motivadas por la pandemia de COVID-19 para las llegadas de vuelos internacionales, una medida que da continuidad a la estrategia nacional para optimizar sus medidas de control a tres años de que se detectara el virus. 

Las nuevas normativas incluyen la supresión del límite de ocupación del 75 % para los vuelos de entrada desde el 8 de enero, fecha a partir de la cual, los viajeros internacionales podrán visitar el país sin necesidad de hacer cuarentena. 

Las pruebas masivas de ácido nucleico tras el aterrizaje también serán canceladas. El anuncio ha provocado, de forma instantánea, que las búsquedas de vuelos internacionales repuntaran de siete a ocho veces. Así lo aseveran las agencias de viajes en línea, que agregan que las pesquisas para solicitudes de visas aumentaron se multiplicaron por 10. 

Los desplazamientos nacionales han registrado un aumento significativo en las últimas dos semanas y se mantendrán al alza. 

De acuerdo con datos recopilados en internet por las autoridades chinas, las reservaciones a sitios icónicos en algunas de las principales ciudades, como Beijing y Guangzhou, han registrado un aumento intersemanal de más del 100 %.

Los complejos de esquí en la norteña provincia china de Heilongjiang, por ejemplo, han experimentado un incremento de más de siete veces en sus reservaciones.