Este año se celebra por primera vez la Fiesta de la Primavera después de que China rebajara la COVID-19 a una enfermedad de categoría B. Con millones de personas regresando a sus pueblos natales para festejar con sus familias, la presión para la prevención y el control de la pandemia se ha trasladado de las grandes ciudades a las zonas rurales. En China, la primera línea de defensa está compuesta por médicos rurales que realizan su labor en silencio y con enorme dedicación. El enfoque principal es atender las necesidades de las poblaciones más vulnerables, especialmente, los adultos mayores. En el pueblo Bacha de la etnia Hezhe, el médico rural Qu Yanchao y su equipo han redoblado su trabajo durante estos momentos críticos.
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"Como sus médicos de confianza, primero debemos asegurar la atención médica de todos. Para los ancianos que tienen inconvenientes para desplazarse, brindamos asistencia puerta a puerta. En nuestra jurisdicción medimos la presión arterial de todos los mayores con inconvenientes para desplazarse todas las semanas. También les instruimos sobre la medicación y las precauciones que deben tomar cada día. En invierno el clima es frío y los caminos son resbaladizos. Por eso, les aconsejamos que salgan lo menos posible de casa, se resguarden del frío y se mantengan abrigados", dijo Qu Yanchao.
Este año se celebra por primera vez la Fiesta de la Primavera después de la degradación de la COVID-19 a la Clase B. El doctor Qu y sus colegas se preocupan especialmente por los ancianos debido al gran aumento de la rotación de personas que regresan al pueblo para festejar con sus familiares. Las condiciones invernales también podrían afectar la salud de la población vulnerable. Por eso, los médicos de la aldea redoblan sus esfuerzos para visitar los hogares de los ancianos de la aldea. En este frío invierno, la calidez del doctor Qu es un férreo apoyo para los abuelos que siempre lo reciben con una sonrisa.
Durante la Fiesta de la Primavera, la presión para la prevención y el control de la pandemia se trasladó a las bases. La primera línea de combate contra la COVID-19 en las regiones rurales se compone de profesionales como el doctor Qu, que, con vocación y dedicación realizan el trabajo en silencio. Así se han convertido en verdaderos "guardianes" de la salud de los aldeanos y en la primera línea de defensa de la pandemia al nivel rural de base.