Un líder religioso musulmán de la región autónoma uygur de Xinjiang de China indica que ha visto grandes mejoras en las mezquitas comunitarias en los últimos años. CGTN en español habló con Mamat Juma, imán de la mezquita más grande del país, ubicada en la ciudad de Kashgar, y quien es además diputado de la Asamblea Popular Nacional. Mamat también refutó las acusaciones contra su país por presuntas persecuciones en la región por motivos religiosos, calificándolas de infundadas. 

Este es el sexto año de Mamat Juma como diputado de la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China. Como vicepresidente de la Asociación Islámica de Xinjiang, durante mucho tiempo se ha preocupado por los asuntos religiosos en la región. Mamat indica que en los últimos años, el gobierno central de China y las autoridades locales en Xinjiang han brindado apoyo para la renovación de las mezquitas comunitarias.

"El gobierno ha invertido mucho para renovar las mezquitas que se construyeron por primera vez en la década de 1980 o antes. Ahora, incluso los de las zonas rurales están en buenas condiciones. Todas están equipadas con agua, electricidad, gas natural y calefacción, lo que proporciona un buen ambiente para la oración", dijo Mamat Juma.

El imán informa que algunos en Occidente han estado acusando a las autoridades de Xinjiang de violaciones de los derechos humanos, incluidas las restricciones a la libertad de creencias religiosas. Pero Mamat cree que esas afirmaciones no tienen fundamento. Él afirma que la libertad de creencias religiosas está totalmente garantizada en Xinjiang y que las actividades religiosas normales se llevan a cabo de manera ordenada.

"He recibido muchos visitantes extranjeros, diplomáticos y periodistas. Algunos de ellos preguntaron si el gobierno reprime a los musulmanes o restringe nuestras costumbres y rituales. Les dije que eso no era cierto, y deseo que puedan ver la verdad por sí mismos", manifestó Mamat Juma.

Mamat indica que, como uno de los cuatro diputados de la Asamblea Popular Nacional de Kashgar, representa una prefectura con una población de más de cuatro millones de personas. Más allá de sus responsabilidades como líder religioso, ha estado aprendiendo sobre los problemas que afectan los medios de vida locales y traerá sus sugerencias para el debate en las reuniones anuales de las Dos Sesiones en Beijing.