Los chinos han estado viviendo vidas más largas y saludables durante las últimas décadas. Algunos indicadores clave de salud han seguido mejorando incluso durante los últimos tres años de pandemia de COVID-19.

Según el informe Perspectivas de la Población Mundial, en China, la esperanza de vida promedio aumentó de 76,97 años en 2015 a un récord de 78,78 años en 2023, un aumento de casi dos años. Y mientras la pandemia de COVID-19 se extendía por todo el mundo, China vio aumentar su esperanza de vida promedio de 77,3 años en 2019 a 78,07 años en 2020 y a 78,21 años en 2021.

No obstante, la discrepancia en la esperanza de vida al nacer entre los diferentes países sigue siendo significativa. Como país en desarrollo, China tiene una esperanza de vida más corta que la de los países desarrollados, pero la cifra de China sigue creciendo y es más alta que el promedio mundial. La esperanza de vida en todo el mundo alcanzó los 72,8 años en 2019 y se prevé que alcance los 77,2 años en 2050.

Mientras tanto, las tasas de mortalidad materna e infantil de China alcanzaron el mínimo histórico. La tasa de mortalidad materna se redujo de 26,1 por 100.000 en 2012 a 16,1 en 2021, según la Comisión Nacional de Salud. La mortalidad infantil se redujo a la mitad durante el mismo periodo, de 10,3 por cada 100.000 nacimientos a solo 5. Ambos indicadores han cumplido los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

China también ha estado realizando mejoras continuas en su sistema sanitario. En el informe sobre la labor del Gobierno presentado ante la XIV Asamblea Popular Nacional para su deliberación, China ha prometido mejorar los servicios de cuidado de ancianos y las políticas de apoyo al parto. Para satisfacer mejor las necesidades de las personas, se dedicarán más recursos sanitarios de calidad a nivel comunitario.

El cuidado de la salud determina la calidad de vida, y China se mantiene firme en sus esfuerzos por fomentar una vida más larga y saludable para su población.