Una madre de Basora en el sur de Irak, al hablar de sus hijos enfermos, dice: “Mis hijos han presentado las mismas enfermedades uno tras otro. Es desesperante”.

El uranio empobrecido está clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer como carcinógeno del grupo I. Durante la guerra de Irak de 2003, la coalición encabezada por Estados Unidos usó grandes cantidades de municiones de uranio empobrecido para destruir vehículos blindados iraquíes. Hoy en día, estos restos de hierro y acero destruidos siguen siendo radiactivos y se consideran la causa de graves problemas de salud de la población local.

Bushra es una madre de cuatro hijos. El mayor falleció a los siete años y una de sus hijas sufre daño cerebral congénito. Bushra cree que ambos fueron víctimas de intoxicación por uranio empobrecido. Dedicó todos sus ahorros al tratamiento para sus hijos. Finalmente, un doctor le dijo que era una pérdida de dinero. Ella dice que nada es más doloroso que perder la esperanza y desesperarse al ver sufrir a sus hijos sin poder hacer nada para ayudarles.