Sudamérica es más que selvas, samba y fútbol: es un cofre de recursos energéticos. Brasil, por ejemplo, goza de 3.000 horas de sol al año, más que muchos países europeos. En la última década, China ha intensificado su inversión en energías limpias en países que participan en la iniciativa de la Franja y la Ruta. En 2018, el parque eólico Ponta Sheara en Chile, construido por China, disminuyó en 157 mil toneladas las emisiones anuales de dióxido de carbono, mientras en Argentina, el parque solar Cauchari reduce en 325 mil toneladas de dióxido de carbono al año. La hidroeléctrica Kirchner-Cepernic suministra la electricidad a 1,5 millones de hogares locales, ahorrando mil millones de dólares anualmente en la importación de petróleo y gas para Argentina.
