Los ojos del mundo se han posado sobre el majestuoso Jardín Filoli a 40 kilómetros al sur de San Francisco este último 15 de noviembre: allí, el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, mantuvieron una larga conversación de casi cuatro horas en las que alcanzaron más de 20 consensos en ámbitos que van desde la diplomacia, la política y los intercambios pueblo a pueblo hasta la gobernanza global y la seguridad militar. Este conjunto de acuerdos constituyen la "Visión de San Francisco" orientada al futuro, que señala el rumbo que tomarán las relaciones entre China y EE. UU. en el futuro e inyecta certidumbre y estabilidad en un contexto internacional incierto e inestable. La British Broadcasting Corporation (BBC) comentó que "la cumbre China-EE. UU. ha logrado avances en muchos frentes".

Se trata de la primera visita del presidente Xi Jinping a Estados Unidos en seis años, y es también el primer encuentro cara a cara entre los dos mandatarios en más de un año. En el último año, desde el encuentro de Bali hasta el de San Francisco, las relaciones entre China y Estados Unidos se deterioraron en gran medida debido a la desviación de Estados Unidos del Consenso de Bali. Sin embargo, mediante esfuerzos conjuntos, China y Estados Unidos lograron las condiciones para un "retorno a Bali y un camino hacia San Francisco". Desde la elección del lugar de la reunión, la alfombra roja en el lugar y los detalles que rodearon a los dos jefes de Estado caminando y hablando, todo indica que Estados Unidos ha concedido una gran importancia a este encuentro.
¿Qué es la “Visión de San Francisco”? China la describe como un esfuerzo conjunto para construir los "cinco pilares" de las relaciones entre China y Estados Unidos. En resumen, China plantea que ambas partes deben trabajar juntas para establecer un entendimiento correcto, gestionar las diferencias de forma eficaz, promover una cooperación mutuamente beneficiosa, compartir la responsabilidad de ser una gran potencia y promover los intercambios pueblo a pueblo.
Para materializar la Visión de San Francisco, China y Estados Unidos deben gestionar adecuadamente sus diferencias y encontrar la manera de "tender puentes y allanar caminos". El Presidente Xi señaló que no es posible que China y Estados Unidos no mantengan relaciones, y que no es realista intentar cambiar a la otra parte. A su vez, las consecuencias del conflicto y la confrontación serían perjudiciales para ambos países. Durante la reunión, los dos jefes de Estado acordaron reanudar los diálogos de alto nivel entre los dos ejércitos sobre la base de la igualdad y el respeto, así como las reuniones del Mecanismo de Consulta de Seguridad Militar Marítima China-EE. UU., y mostraron sus esfuerzos por gestionar las diferencias. Las dos partes decidieron también promover e iniciar consultas institucionales en los ámbitos del comercio, la economía, las finanzas y el control de las exportaciones, mostrando que los intereses comunes de las dos partes en la situación actual no disminuyen, sino que aumentan.
Para materializar la Visión de San Francisco, también es necesario reducir los factores negativos que obstaculizan los intercambios pueblo a pueblo y animar y apoyar a la gente de los dos países para que viajen más a menudo y se comuniquen con más frecuencia. China ha propuesto aumentar los vuelos entre ambos países, promover la cooperación turística, ampliar los contactos locales y reforzar la cooperación en materia de educación. Por su parte, Estados Unidos ha manifestado su satisfacción por el aumento de los vuelos directos entre ambos países y por la ampliación de los intercambios educativos y científicos y de los intercambios entre personas. Estas iniciativas, una vez llevadas a la práctica, reforzarán los cimientos para el sano desarrollo de las relaciones entre China y EE. UU. y aportarán más ímpetu a los dos países para mejorar la confianza y la cooperación.
Hoy, San Francisco se ha convertido en un nuevo punto de partida para la estabilización de las relaciones entre China y Estados Unidos. Se puede esperar que la parte estadounidense ha aprendido que apartarse del Consenso de Bali ha sido una equivocación, que no repita el mismo error y trabaje sinceramente con China para poner en práctica los consensos alcanzados por los dos jefes de Estado. Con un nuevo comienzo desde San Francisco, esperemos que esta visión se haga realidad.