El tomate tiene sus orígenes en los Andes de América del Sur y posteriormente comenzó a ser cultivado en México. Desde allí, se propagó a España y Portugal en 1523. Inicialmente, se utilizaba como una planta ornamental, pero a mediados del siglo XVIII comenzó a cultivarse como alimento. En China, los tomates cultivados se importaron de Europa o el Sudeste de Asia. En la dinastía Qing, Wang Hao describió el tomate en su obra de botánica "Guang Qun Fang Pu", mencionando hojas similares a las de artemisa y flores de color espléndido.

El chile picante proviene de las regiones tropicales y subtropicales de América Central y América del Sur. Su llegada a China tuvo lugar a través de dos rutas: la Ruta de la Seda, donde se cultivó en Gansu y Shaanxi, en el noroeste del país; y la ruta marítima, llegando principalmente a Guangdong, Guangxi y Yunnan, en el sur de China. En la década de 1970, China descubrió el chile silvestre en los bosques primitivos de Xishuangbanna, en la sureña provincia de Yunnan. A esa especie se le llama en chino, Xiao Mi La.

El maíz, nativo de América Central, fue acogido en la Altiplanicie Mexicana. En el siglo XVI, fue llevado a Europa y se estableció como un cultivo a gran escala. En el mismo período, el maíz llegó a China a través de varias rutas. Algunos historiadores argumentan que la incorporación del maíz "marcó un cambio radical en la historia agrícola de China".

La quinua tiene su origen en la región de los Andes, adaptada a condiciones de gran altitud, sirve de alimento básico tradicional para los indígenas. La Ruta de la Seda Marítima en el siglo XXI ha permitido la propagación de este alimento altamente saludable en las regiones de gran altitud de China. Su cultivo se ha ido extendiendo gradualmente hasta encontrar su lugar en la gastronomía china.