El 24 de febrero se cumplen dos años desde que Rusia inició su operación militar en Ucrania. A medida que la crisis se alarga, las esperanzas de una solución entre ambos países disminuyen. 

La ONU registra más de 10.500 civiles muertos, aunque es probable que la cifra real sea aún mayor. El dolor y el miedo aumentan para las familias de miles de soldados de ambos bandos, así como la miseria que sigue creciendo entre los afectados y desplazados. El este de Ucrania ha sido testigo de la destrucción masiva de hospitales, escuelas e importantes obras de infraestructura. 

Por su parte, la batalla, continúa en el frente. El Ministerio de Defensa ruso declaró que sus tropas atacaron varios objetivos militares ucranianos durante la última semana. En tanto, el día 23, Ucrania lanzó varios cohetes contra sistemas de defensa antiaérea y estaciones de radar rusas.