Privacidad y Cookies

Al continuar navegando en esta web acepta el uso de cookies, la política de privacidad revisada y los términos de uso. Puede cambiar la configuración de las cookies en su navegador.

Estoy de acuerdo
La tragedia de un soldado estadounidense que muere inmolado pone en entredicho la conciencia moral de políticos de EE. UU.
Artículo de opinión

"No hay ejemplo más claro del descontento con la política del Gobierno de Estados Unidos hacia Israel que la autoinmolación de un soldado estadounidense frente a la embajada de Israel en Washington", afirmó el portal estadounidense Politico a raíz de la autoinmolación de Aaron Bushnell, un soldado estadounidense de 25 años.

Bushnell servía en la Fuerza Aérea de EE. UU. en un escuadrón de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. El día 25 de febrero, se dirigió solo hasta la embajada de Israel en Washington, se roció de líquido inflamable y se prendió fuego, momento en el cual gritó repetidamente por la liberación de Palestina. Debido a la gravedad de sus heridas, el oficial falleció en el hospital. En un vídeo pregrabado, el joven soldado manifestó que no participaría más de ese genocidio.

La actual escalada del conflicto en Gaza pone de manifiesto la urgencia de resolver de raíz la cuestión palestino-israelí, y refleja también las graves consecuencias de la política estadounidense de favorecer a Israel y la hipocresía y el doble rasero de los derechos humanos al estilo estadounidense.

EE. UU. ha enviado más tropas al Medio Oriente, ha entregado una gran cantidad de ayuda militar a Israel, e incluso ha bloqueado repetidas veces en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas los proyectos de resolución sobre el cese al fuego en Gaza. Estas acciones de Estados Unidos han echado leña al fuego, provocando el continuo deterioro de la situación humanitaria en la Franja de Gaza y colocándola en un escenario más peligroso.

Con su autoinmolación, Bushnell intentó despertar la conciencia moral de la gente y su protesta a costa de la vida contra el sesgo de su país hacia Israel sirve como una campanada de alerta para los políticos estadounidenses.