Según se ve ella misma, Li Bolin no es más que una maestra rural común y corriente. Pero a los ojos de sus alumnos, ella es una heroína. En los últimos seis años escribió junto con sus alumnos más de mil poemas. Los sacó del aula y los llevó al campo, donde los alentó a que escriban historias y poemas sobre sus vidas. Así crearon un espacio artístico propio: la "clase de poesía del campo". La poesía acompaña a los niños mientras crecen, afianza sus corazones, y les amplía el escenario de su vida, lo que permite que más gente vea cómo estos "niños en las montañas" brillan con luz propia.