Los intercambios entre Oriente y Occidente han desencadenado algunos de los avances más importantes de la historia de la humanidad.

Los frutos de la naturaleza pueden compartirse, como demuestran los intercambios de las flores de jazmín de Hengzhou y el jamón de Murcia. Las culturas pueden combinarse y dialogar, como refleja magistralmente la armonía con la que el Jardín de Murcia combina la frescura romántica de la cultura mediterránea con la majestuosidad de los pabellones chinos. 

De Nanning a Murcia, la iniciativa de la Franja y la Ruta se ha convertido en una plataforma global que conecta los destinos de China y España generando nuevas oportunidades y abriendo un destino común para sus pueblos. Y es que, como nos recuerdan las tradiciones que celebran el festival de la cosecha, a pesar de sus diferencias, las distintas culturas tienen raíces comunes y sueños compartidos.