China ha acelerado en los últimos años la modernización y transformación de sus industrias tradicionales. Este enfoque renovado ha revitalizado a Jingdezhen, una ciudad en la provincia de Jiangxi, en el este de China, famosa por su porcelana de alta calidad.
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Sun Qiang, un ceramista originario de Taiyuan, en la provincia de Shanxi, en el norte de China, es uno de los emprendedores establecidos en Jingdezhen. Inició su negocio hace aproximadamente 10 años en una pequeña habitación de apenas unas pocas docenas de metros cuadrados.
Sun cree que Jingdezhen se ha beneficiado de los esfuerzos del gobierno local para acelerar la renovación de las fábricas antiguas.
Reconocida como la capital de la porcelana en China, Jingdezhen ha sido un centro de producción de porcelana durante mucho tiempo. En toda la ciudad, se pueden encontrar los restos de antiguas fábricas de cerámica que ahora han cobrado nueva vida. Una de estas fábricas, construida originalmente en la década de 1950, ha sido reutilizada y transformada en un distrito cultural y creativo, utilizando los edificios industriales existentes como base. Este nuevo distrito comenzó a operar en octubre de 2016.
Renovaciones como la de Taoxichuan se han extendido por toda la ciudad, atrayendo a jóvenes artistas de toda China para que puedan cumplir sus sueños. Durante la última década, este distrito artístico se ha dedicado a crear oportunidades de empleo para los jóvenes.
Jingdezhen ejemplifica el esfuerzo de China por desarrollar nuevas industrias y modelos económicos. En la tercera sesión plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China, la cúpula del partido destacó su compromiso de mejorar las instituciones y políticas para fomentar nuevas fuerzas productivas de calidad. Esto se refiere a impulsar una productividad avanzada que trascienda los métodos tradicionales de crecimiento económico, adaptándose a las condiciones locales.