Durante casi tres décadas, la provincia china de Guangdong ha estado a la vanguardia de la economía azul, concepto que implica la gestión sostenible de los recursos marinos y costeros para impulsar el crecimiento económico, aportando casi una quinta parte del total nacional de este sector. 

En una visita de inspección realizada el año pasado, el presidente chino Xi Jinping destacó la importancia de las granjas acuícolas para garantizar la seguridad alimentaria. En este contexto, la producción pesquera en alta mar está emergiendo como una solución clave para satisfacer la creciente demanda de proteínas saludables para la población del país asiático.

Las granjas acuícolas cercanas a la costa suelen generar desechos y parásitos, lo que impacta negativamente en los ecosistemas marinos. En cambio, las instalaciones ubicadas más lejos en el océano, donde las corrientes son más fuertes y las profundidades mayores, producen proteínas de forma sostenible y al mismo tiempo resguardan las poblaciones de peces silvestres. Además, el análisis de macrodatos permite a las empresas tomar decisiones más inteligentes.

A medida que la economía azul de China avanza a pasos agigantados, este tipo de plataformas son, sin duda, un valioso aporte a la innovación y al desarrollo del país. Asimismo, las ciudades costeras, que anteriormente dependían de los puertos, la pesca y la construcción naval, ahora aprovechan al máximo los avances en ciencia y tecnología marítima, que incluyen la energía de los océanos, la desalinización del agua marina y la biomedicina, entre otros, para el beneficio de su población.