Mientras se arremolina entre las arenas del desierto, el manantial de Aiken hipnotiza a los visitantes.

También conocido como el “Ojo del Diablo”, esta maravilla natural del desierto de Gobi, en la prefectura de Haixi de la provincia noroccidental china de Qinghai, burbujea agua con un alto contenido en azufre, dejando estéril la tierra circundante.
Una paleta de colores marrón rojizo, amarillo dorado y óxido emerge bajo la suave luz del sol otoñal, creando un impresionante paisaje que recuerda a una pintura al óleo.