En medio de un vasto desierto, un colosal bebé tallado en arenisca roja yace postrado, profundamente dormido. Titulada “Hijo de la Tierra”, la escultura descansa apaciblemente en el suelo y simboliza la coexistencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza.

Situada en el distrito de Guazhou, provincia de Gansu, a lo largo de la histórica Ruta de la Seda, la escultura mide 15 metros de largo, 4,3 metros de alto y 9 metros de ancho. Fue creada en 2016 por el profesor Dong Shubing de la Universidad de Tsinghua utilizando tecnología de escaneado y grabado en 3D, y se ha convertido en una gran atracción turística de la zona.