En los últimos meses, las empresas y los medios de comunicación extranjeros han prestado mucha atención al paquete de políticas incrementales lanzado por China, bajo el argumento de que se trata de un comburente para impulsar la economía de la nación asiática a nuevas alturas. El atractivo de China como destino de inversión de alta calidad ha seguido aumentando. Los datos oficiales de su desempeño económico nacional para los primeros tres trimestres publicados el día 18 confirmaron las expectativas optimistas de estos actores foráneos.
Desde principios de este año, el entorno macroeconómico ha sido complejo y volátil, y las presiones externas han seguido aumentando. Paralelamente, la economía de China ha atravesado por un periodo crítico de ajuste estructural. A pesar del contexto adverso, la economía china ha resistido las presiones, las políticas gubernamentales han seguido mostrando los efectos esperados, los principales indicadores económicos han arrojado cambios positivos y se ha mantenido un funcionamiento estable, demostrando su gran resiliencia y potencial.
Varios expertos también han notado que la economía experimentó algunas fluctuaciones en los primeros tres trimestres. Estas pueden calificarse de normales, pues su amplitud no es significativa, alrededor del objetivo esperado del 5 %. Lo que es más importante señalar es que la economía de China se mantiene estable y el desarrollo de alta calidad robusto, consecuencia de que la vitalidad del mercado está aumentando, al igual que las expectativas.
Para las empresas extranjeras, el gran mercado de China, no es solo para donde entrar, sino también para integrarse, es decir, a través de una cooperación más profunda, hacer del chino un gran mercado compartido por el mundo. China no es sólo un hipermercado, sino también un gran escenario para la innovación de vanguardia.
Las expectativas estables proporcionan una motivación a largo plazo para las empresas extranjeras en China, gracias al crecimiento, por un lado, y a la apertura, por otro. Con la implementación acelerada de una serie de medidas de apertura promovidas por la tercera sesión plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China, las empresas extranjeras han atestiguado el comienzo de más oportunidades nuevas para profundizar y ganar en sus negocios en el país asiático.
En la actualidad, el entorno externo se está tornando más complejo y adverso. Aún se hace necesario consolidar las bases de la recuperación económica de China, pero los fundamentos de la mejora a largo plazo no han cambiado. El crecimiento en los primeros tres trimestres ha sentado una base sólida para la economía a lo largo de 2024. A la par de los esfuerzos políticos, están aumentando las condiciones favorables para la estabilización y la recuperación económicas. China confía en alcanzar su objetivo de crecimiento anual de alrededor del 5 %. En este proceso, el mundo también avanzará junto con China para lograr beneficios mutuos y resultados positivos para todos.
