El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, ha prometido luchar por su futuro político, después de que el Parlamento, liderado por la oposición, le impugnara por su efímera declaración de la ley marcial.

La Asamblea Nacional surcoreana aprobó la moción con 204 votos. Este es un marcado contraste con el fallido intento de destitución del pasado sábado, cuando los legisladores del partido gobernante protagonizaron un paro para impedir una mayoría de dos tercios.
El Tribunal Constitucional del país determinará en un plazo de 180 días si destituye a Yoon o lo restituye como presidente. Si Yoon es destituido, deberán celebrarse las elecciones presidenciales nacionales en un plazo de 60 días. Es la segunda vez en menos de una década que un líder surcoreano se enfrenta a un proceso de destitución mientras ocupa el cargo.