Quetzalcóatl es una de las deidades más veneradas de la antigua Mesoamérica, representada como una majestuosa serpiente emplumada que simboliza la unión entre el cielo y la tierra. En la cultura maya, esta divinidad está profundamente vinculada a la temporada de lluvias, la siembra y las cosechas abundantes, siendo especialmente reverenciada por los agricultores. Para los aztecas, Quetzalcóatl era considerado el dios del sol y poseía un papel central en su cosmovisión. Su rica y colorida leyenda ha dejado una profunda huella en la historia, el arte, la arquitectura y el pensamiento filosófico de América Latina, consolidándose como un símbolo de sabiduría y conexión espiritual.





