El 20 de enero el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, inauguró oficialmente su segundo mandato presidencial. "Estamos dispuestos a promover un mayor progreso en las relaciones China-Estados Unidos desde un nuevo punto de partida", "Estados Unidos y China son los países más importantes del mundo en la actualidad, y debemos mantener una amistad duradera y trabajar juntos para salvaguardar la paz mundial". Hace tres días, el presidente chino, Xi Jinping, conversó con Trump, y ambas partes alcanzaron un importante consenso sobre el desarrollo de las relaciones bilaterales en la próxima fase, lo que provocó comentarios positivos del mundo durante estos últimos días.

¿China y Estados Unidos son rivales o socios? Se trata de una pregunta fundamental sobre el rumbo de las relaciones entre ambos países. China ha subrayado en repetidas ocasiones que está dispuesta a ser socia y amiga del país norteamericano, esperando que Washington considere correctamente la senda y las intenciones de desarrollo de Beijing. En esta llamada, el presidente Xi señaló que China y Estados Unidos tienen "amplios intereses comunes y un amplio espacio para la cooperación" y "pueden lograr el éxito mutuo y la prosperidad común".
Las relaciones económicas y comerciales son una preocupación común para ambas partes. A pesar de las diferencias y las fricciones, la esencia es el beneficio mutuo y la estabilidad. Como las dos principales economías del mundo, China y Estados Unidos tienen un volumen de comercio de más de 660.000 millones de dólares y un stock de inversión bidireccional de más de 260.000 millones; en los primeros 11 meses de 2024, el comercio entre ambas naciones creció un 2,9 % interanual; y más de 70.000 empresas estadounidenses en China obtuvieron unos beneficios anuales de 50.000 millones de dólares.
Por supuesto, China y Estados Unidos cuentan con condiciones nacionales diferentes, e inevitablemente tendrán algunas diferencias. La clave radica en cómo abordarlas, en respetar los intereses fundamentales y las principales preocupaciones de cada uno, comprender los principios y las líneas básicas de la otra parte y encontrar una solución adecuada a los problemas que puedan surgir. En esta llamada, el mandatario chino subrayó que "la cuestión de Taiwan está relacionada con la soberanía nacional y la integridad territorial de China, y espero que la parte estadounidense la trate con cuidado", y pidió evitar la confrontación y el conflicto a la hora de abordar las relaciones económicas y comerciales entre Beijing y Washington.
Si echamos la vista atrás y observamos los 46 años transcurridos desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos, la situación internacional y la relación entre ambos países han experimentado enormes cambios, pero un hecho básico ha permanecido invariable, a saber, China y Estados Unidos se beneficiarán de la cooperación, y ambos saldrán perjudicados si se enfrentan. Ahora, las relaciones bilaterales han llegado a un nuevo punto de partida. Adhiriéndose al liderazgo estratégico de la diplomacia del jefe de Estado y aplicando los importantes consensos alcanzados por ambas partes, China y Estados Unidos podrán promover un buen comienzo en esta etapa y asentar una nueva era de buenas relaciones.