En Wuhan, desayunar no una experiencia rutinaria de cada día: es un verdadero deporte olímpico. Llaman al desayuno guozao "pasar la mañana" porque literalmente puedes consumirte la primera mitad del día tragando: no pueden faltar los re gan mian (fideos secos calientes), los famosos panecillos al vapor rellenos de aire (¡y algo más!), mianwo (donas saladas), y la estrella dorada del espectáculo, san xian doupi (crepes de arroz rellenos).
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Y no es broma, esta tradición viene de la cultura portuaria: comida rápida, caliente y contundente para un día entero de sangre, sudor y lágrimas. Cada mañana, los puestos de desayuno hierven de actividad: el maestro de los fideos parece un bailarín clásico con su cucharón, mientras la señora de las donas fríe con tal precisión que podría aterrizar un avión con los ojos cerrados. En Wuhan podrías desayunar algo diferente cada día del mes y aún te faltaría tiempo para probarlo todo. Así que, como dicen… ¡Al que madruga, dios lo ayuda!