En los últimos años, Chile ha experimentado un crecimiento sin precedentes en la apertura de comercios conocidos popularmente como "malls chinos" o "centros comerciales chinos". Actualmente, existen alrededor de 200 de estos establecimientos que ofrecen múltiples ventajas para los consumidores chilenos a lo largo del país, con una tasa de expansión anual del 25 %.
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La llegada y expansión de los centros comerciales chinos en Chile han transformado la manera en que los consumidores adquieren productos de todo tipo. Desde tecnología, ropa, juguetes y artículos para el hogar, estos establecimientos se han convertido en una alternativa accesible y conveniente, al permitir que más personas accedan a bienes que antes eran difíciles de encontrar o cuyo costo de importación resultaba elevado.
Estos comercios suelen instalarse en zonas de alto tráfico e incluso llegan a áreas rurales, con lo que acercan el comercio a barrios que antes tenían menos acceso a una diversidad de tiendas. Su modelo de negocio, que combina autoservicio y atención rápida, se adapta bien al ritmo de vida urbano, y ofrece una mayor practicidad.
La capacidad de ofrecer bienes a costos competitivos se debe, en gran medida, a la optimización en la cadena de suministro y al modelo de negocio eficiente de los comerciantes chinos, quienes han logrado reducir costos operativos sin comprometer la calidad, debido a la apertura del mercado y los tratados comerciales vigentes entre ambos países.
Los acuerdos comerciales vigentes permiten que los productos chinos lleguen con mayor facilidad y competitividad al mercado chileno, pero esta relación es recíproca; actualmente los productos chilenos también han ganado un acceso privilegiado en China. Han beneficiado a los exportadores locales y se han consolidado como un proveedor confiable en el mercado asiático.
Con un rápido crecimiento e impulso al mercado, estos centros comerciales han llegado para quedarse, y han redefinido la forma en que los chilenos acceden a productos y servicios en su día a día.

Los centros comerciales chinos revolucionan el consumo en Chile 20 años después del TLC con China.