El 12 de abril de 1978, tres adolescentes de Suzhou estaban jugando en la pagoda Ruiguang. Por casualidad, tocaron un ladrillo suelto en el centro de la pagoda, que albergaba un escondite. Dentro, descubrieron un tesoro sellado durante miles de años. Esta estupa era una de las reliquias más importantes. Tiene una altura de 122,6 centímetros, y su elaboración requirió numerosas habilidades, como la talla de madera, el ensartado de perlas y la orfebrería. Su bella forma, sus materiales preciosos y su fina fabricación alcanzan un nivel sin igual, al concentrar muchas técnicas milenarias de Suzhou. Es difícil imaginar cómo los artesanos de aquella época pudieron crear una obra tan exquisita.
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