Cada año, miles de embarcaciones pesqueras regresan a puerto en el sur de China con el inicio de la veda de verano, una medida clave para preservar los ecosistemas marinos. Desde el 1 de mayo, las aguas del mar de Bohai, el mar Oriental de China y las zonas al norte del paralelo 12 en el mar Meridional de China entran en un periodo de descanso biológico. Cerca de 120 mil barcos interrumpen sus actividades de pesca y los pescadores aprovechan este tiempo para reparar sus embarcaciones y redes.

Implementada desde 1995, esta política ha demostrado ser crucial para la reproducción de especies marinas, permitiendo la recuperación de recursos pesqueros y la protección del equilibrio ecológico. Más allá de una pausa en la pesca, la veda representa un compromiso colectivo con la sostenibilidad, asegurando que futuras generaciones también puedan beneficiarse de los océanos.